Tú has resucitado, Señor,
ahora nos toca a nosotros
seguirte,
destronar nuestros
ídolos,
firmar con amor grande
la alianza contigo Señor.
Abramos de par en par las
puertas a Cristo.
Salgamos de nuestra
indiferencia y egoísmos,
seamos siempre
bondadosos,
la paz sea nuestro
saludo,
la alegría nuestra señal
de identidad.
Entreguémonos como Cristo
se ha entregado.
Vivamos como Tú, Señor,
como hijos muy queridos
que adoran a su Padre Dios
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