jueves, 15 de julio de 2010

Pasado Carmelita.

Siendo las vísperas de la festividad de Nuestra Señora del Carmen, es necesario recordar que nuestra cofradía muchos siglos antes de ser acogida por la comunidad franciscana, estaba al servicio y al amparo de la orden de los Padres carmelitas.

Los orígenes de la cofradía se remontan al Siglo XVI y tenía por sede canónica el desaparecido convento del Carmen hoy, reestructurado en teatro, en el que se realizan diversos actos entre los que se destaca el pregón oficial de la Semana Santa. Allí permaneció durante al menos tres siglos, antes incluso de la fundación del convento, en una ermita dedicada a San José, que es el cotitular de la cofradía. Sería poco más tarde cuando los padres carmelitas, devotos por cierto del Patriarca San José, cuando erigirían su convento anexionando la capilla a San José, propiedad de la cofradía.

Con ciertas dificultades, pero ayudados por algunos cofrades, pudo construirse el convento, cuya escritura puede fecharse en 1591. En ella encontramos algunos datos de interés. Se sabe que los frailes estaban obligados a acompañar a la cofradía en cuantos cultos, actos y procesiones celebrara.

La cofradía disponía de ciertas imágenes: Un Cristo crucificado, otro resucitado, Nuestra Señora de la Soledad y San José, pudiendo ser colocados en las capillas y altares que la cofradía creyera oportuno.

Se desconoce la fecha exacta en que la cofradía abandonó el convento para establecerse provisionalmente en el de las Claras para alojarse definitivamente en el convento franciscano. La desamortización de Mendizabal y exclaustración de los frailes en el Siglo XIX fue la causa mediante la cual, los padres carmelitas terminaran por irse al convento carmelita de Gaucín así como el resto de las cofradías incluido la nuestra.

Se desconoce como era la procesión cuando la cofradía salía del convento carmelita pero a tenor de la frase "... que los días que hubiere disciplina de parte de los cofrades..." da que pensar que en principio fuera una cofradía de sangre en la que participaban flagelantes o disciplinantes.

Como dato curioso, en la descripción que Pascual Madoz en 1849 hace del convento, cuenta que se procesionaba la imagen de San José en la noche del Viernes Santo acompañando la Soledad, desconociéndose la última vez que se procesionaba así. Nuestra cofradía siempre se ha caracterizado por la sobriedad, el recogimiento y profundo sentimiento religioso como forma de expresar nuestro respeto ante el dolor de Nuestra Señora. Hoy día este sentimiento es expresado de la misma manera según el carisma franciscano, tal y como la orden tercera concibió la procesión cuando rescató su advocación, inspirándose éstos a su vez, en las características de la procesión de la orden tercera servita malagueña

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