sábado, 22 de mayo de 2010

Toma de hábito e imposición del escapulario.


La toma de hábito e imposición del escapulario, consiste en un sencillo acto que la cofradía organiza cada año para recibir solemnemente a todos los hermanos que solicitaron ingresar en la cofradía. Como en cualquier cofradía, es costumbre tras ser aprobada la solicitud de ingreso, imponer la medalla (en el caso que nos ocupa de nuestra cofradía, el escapulario corporativo) en los cultos principales de la cuaresma.

Tradicionalmente, este acto acontece tras la función principal o Misa Mayor a nuestra Señora que se celebra cada quinto Domingo de la cuaresma, o lo que es lo mismo, cada Domingo de Pasión, previo a la Semana Santa. Sin embargo, en esta ocasión, coincidiendo con el día de San José, cotitular de esta cofradía y más concretamente, siendo viernes, se realizó tras la misa en su honor y posterior Via Crucis Cuaresmal.

En primer lugar se procedió a convocar a cada hermano en el presbiterio del templo junto al altar. Una vez reunidos, nuestra Hermana Mayor dirigió unas palabras de bienvenida en nombre de todos los hermanos de la cofradía.
La hermana fiscal recordó en base a los estatutos por lo que se rige la corporación, los derechos y obligaciones de cada hermano contenidos en los artículos 5, 7, 10, 11 y 12.

Acto seguido, la Hermana Mayor en forma de pregunta, recordaba el compromiso a los nuevos hermanos de asumir y aceptar los estatutos aprobados por los que se rige la cofradía.
Finalmente, el sacerdote de la parroquia y padre espiritual de nuestra cofradía dirigió unas palabras previas antes de la imposición del escapulario deseando que vivamos el espíritu cristiano que debe caracterizar a todo buen cofrade especialmente los pertenecientes a esta sencilla y tradicional corporación.

Tomaron el escapulario aproximadamente unos siete hermanos. La cofradía, además tiene costumbre de entregar una carta de hermano a modo de diploma en la que consta en nombre de la actual junta de gobierno la aceptación por parte del nuevo hermano de todo lo anteriormente citado en tal acto. Finalmente, se cantó ante Nuestra Señora el cántico tradicional de "Sálvame, Virgen María". Cántico penitencial que por otro lado, se realiza durante la procesión de la Madrugada del Sábado Santo entre los distintos misterios dolorosos del Santo Rosario.

El escapulario corporativo de la cofradía consiste en dos sencillos rectángulos forrados de tela negra y unidos por una cinta blanca en el que figura bordado a máquina, por la parte delantera, el emblema de la cofradía consistente en un corazón sangrante rojo traspasado por un espada bordada en hilo plateado y rodeado de las doce estrellas en alusión a las que coronan a la Virgen que menciona el libro del Apocalipsis y en la parte trasera, bordado con el mismo hilo plateado, el anagrama de la Virgen "Ave María".

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