domingo, 4 de octubre de 2009

Francesco d'Assisi


Francisco de Asís nació en Asís (Italia) en 1181 y murió en la citada ciudad el 3 de Octubre de 1226. Canonizado como santo el 16 de Julio de 1228 por el Papa Gregorio IX.

Nació con el nombre de Giovanni y tenía un hermano llamado Angelo. El apodo de “Francesco o francesito” se lo puso su padre Pedro Bernardone probablemente debido al interés que mostraba por la lengua francesa y por el canto de los trovadores. Su juventud se caracterizó como la de cualquier burgués adinerado, con vida despreocupada.

Fue en el año 1205 en un viaje a Apulia cuando escuchó durante la noche una voz que le indicaba regresar a su ciudad natal. A su regreso empezó a mostrar un cambio de actitud frente al mundo, mostrando un claro desapego a lo terrenal. Su transformación llegó a su culmen ayudando y conviviendo con los leprosos cuando en otro tiempo se les hacía extremadamente amargo mirarlos. Reconstruyó la capilla de San Damián tras ver el crucifijo de dicha iglesia.

Su conversión no fue entendida por muchos. Ni siquiera su padre que estuvo enfadado buscándole por un mes y lo mantuvo tras su búsqueda encadenado y encerrado en un calabozo. Algunos hasta le apedrearon y le tiraron lodo considerándole un lunático. Se sometió a la autoridad eclesial despojándose de sus vestimentas ante los jueces proclamando a Dios como su verdadero Padre. Mientras, su padre biológico estaba más preocupado por sus bienes patrimoniales.

Pasó de reconstruir iglesias a dedicarse plenamente a la evangelización activa siguiendo de manera radical el capítulo 10 del Evangelio de San Lucas y continuando con la línea de austeridad que ya tenía marcada. Pasó de las burlas de quienes le insultaban por verlo en andrajos a escuchar el mensaje evangélico proclamado no al uso de la época, es decir, sin anatemas y descalificaciones.

Renunció de manera radical y estricta a los lujos y riquezas que gozaba como comerciante en la ciudad para servir y entregarse complemente al Evangelio. Su estilo de vida parte de la austeridad y la pobreza. Fundó la orden franciscana y la orden de las clarisas. De la misma manera y ante el incremento de vocaciones creó la orden tercera que permitía a seglares y personas casadas disfrutar de la espiritualidad de la orden franciscana permitiendo compaginar la vida secular con la vida religiosa.

El Papa Inocencio III aprobó sus reglas por Mayo del año 1209 y ante el apoyo del Obispo Guido de Asís. Sin embargo al principio, ciertos cardenal objetaron contra los estatutos debido al miedo de que se creara una organización nueva pero el Papa finalmente vio en Francisco una buena alternativa para reforzar la imagen de la Iglesia y suscitar el número de vocaciones. Sin embargo debido a ciertas oposiciones existentes en el seno de la propia orden llevó a que dichos estatutos se reformaran contando con la aprobación definitiva el 29 de Noviembre del 1223 con el Papa Honorio III.
En Junio de 1224, San Francisco se retira al monte Alverna junto con algunos de sus seguidores. Uno de ellos le llevaba pan y agua a un lugar más apartado de la montaña pues Francisco quería soledad. Y en una de esas veces vio una bola de fuego bajando del cielo. Tras una serie de intensas oraciones, Francisco vio en el cielo la imagen del Nazareno crucificado y le imprimió las señales de la crucifixión en las manos, los pies y el costado. A partir de entonces es considerado como el primer estigmatizado en la historia de la Iglesia.


En su lecho de muerte entonó el cántico de hermano sol. Es un poema que escribió mientras estaba al cuidado de sus allegados en San Damián sufriendo los estigmas y que habla de todas las criaturas de Dios personificadas en sus formas fundamentales y del amor a todo lo creado por Dios y que podemos leer aquí:

http://www.franciscanos.org/esfa/cant.html

A San Francisco le debemos la tradición del belén que cada año los católicos montamos en nuestras casas.

Además, la orden franciscana promovió la meditación del Via Crucis.

El sayal franciscano está inspirado en el mismo carisma de austeridad que caracteriza a la orden. San Francisco quiso ver en los mendigos y en la pobreza como vestían. Así originalmente, se fabricó un tosco saco de lana gris que ciñó a su cintura con una cuerda vieja. Este sayal lo acompañaría el resto de su vida. Sin embargo fue evolucionando hasta su forma y color actual.
El cordón franciscano lleva tres o cinco nudos. Los cinco nudos representan los estigmas causados por la crucifixión mientras que los tres atienden a los votos de pobreza, obediencia y castidad.
La cruz de San Damián fue creada entorno al año 1190 para la iglesia dedicada a su nombre. Junto a esta cruz se produjo lo que pudiera ser para Francisco su segundo encuentro con Cristo y prácticamente se ha convertido en un icono para la orden.

La cruz de San Antonio o “tau” fue usada por el egipcio San Antón primeramente como distintivo cristiano. San Francisco la utilizó como sello personal y firma.

Finalmente, el escudo o emblema de la orden se simboliza con los brazos de Cristo y de San Francisco cruzados con la “tau” o la cruz de fondo o bien con las cinco heridas o racimos de uva que representan las llagas del Señor. También con la cruz de Jerusalén.

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