Siguiendo con los cultos que en el primer fin de semana de este mes de Octubre se iban celebrando en forma de triduo, la comunidad franciscana en colaboración con las cofradías del convento franciscano, organizó una sencilla procesión por los alrededores del barrio que recibe el nombre de esta singular orden.Efectuó un recorrido similar al del Via Crucis que nuestra cofradía de la Soledad realiza cada año con la imagen del Cristo de la Salud el Viernes de Dolores alrededor de la feligresía de la iglesia de Santiago del Real Convento de San Francisco.
Salida: 19:00 h desde las puertas del Convento de San Francisco.
Recorrido:- Plaza de San Francisco
- C/Lope de Vega
- Plaza del trabajo
- C/Esperanza
- C/Arroyo de la molineta
- Plaza Palacio
- Plaza de San Francisco
La procesión se abría con la cruz parroquial de San Damián escoltada por dos faroles.
Acompañaba abriendo tras la citada cruz la banda de CC. y TT. de la cofradía de Ntra. Sra. de la Caridad de Vélez-Málaga.
La venerada imagen fue portada en unas sencillísimas andas por diez horquilleros pertenecientes a algunas de las cofradías que el convento franciscano da cobijo.
Las austeras andas iban adornadas por sencillos pero elegantes centros florales consistentes en rosas rojas y dos tulipas.
Momentos antes de la salida, efectuada alrededor de las 19:00 h, la banda de cornetas y tambores preparaba su acompañamiento cerca de la iglesia. He aquí un video:
El siguiente video recoge los primeros instantes en que la procesión desde el interior del templo se pone en marcha tras unas solemnes palabras pronunciadas por el sacerdote que con hábito franciscano acompañaba tras las andas.
Otro video que recoge el momento de la solemne salida desde el interior del convento franciscano.
La imagen dobla la curva encabezando la calle Poeta Joaquín Lobato en una tarde de clima agradable.
Otro vídeo con la procesión ya en calle y a paso lento y suave típicamente veleño.
Finalmente y rondando las 20:00 h la procesión concluyó para celebrarse la Santa Misa y posterior cena en el patio de las dependencias franciscanas.
Su conversión no fue entendida por muchos. Ni siquiera su padre que estuvo enfadado buscándole por un mes y lo mantuvo tras su búsqueda encadenado y encerrado en un calabozo. Algunos hasta le apedrearon y le tiraron lodo considerándole un lunático. Se sometió a la autoridad eclesial despojándose de sus vestimentas ante los jueces proclamando a Dios como su verdadero Padre. Mientras, su padre biológico estaba más preocupado por sus bienes patrimoniales.
En Junio de 1224, San Francisco se retira al monte Alverna junto con algunos de sus seguidores. Uno de ellos le llevaba pan y agua a un lugar más apartado de la montaña pues Francisco quería soledad. Y en una de esas veces vio una bola de fuego bajando del cielo. Tras una serie de intensas oraciones, Francisco vio en el cielo la imagen del Nazareno crucificado y le imprimió las señales de la crucifixión en las manos, los pies y el costado. A partir de entonces es considerado como el primer estigmatizado en la historia de la Iglesia.
Además, la orden franciscana promovió la meditación del Via Crucis.
El sayal franciscano está inspirado en el mismo carisma de austeridad que caracteriza a la orden. San Francisco quiso ver en los mendigos y en la pobreza como vestían. Así originalmente, se fabricó un tosco saco de lana gris que ciñó a su cintura con una cuerda vieja. Este sayal lo acompañaría el resto de su vida. Sin embargo fue evolucionando hasta su forma y color actual.
La cruz de San Damián fue creada entorno al año 1190 para la iglesia dedicada a su nombre. Junto a esta cruz se produjo lo que pudiera ser para Francisco su segundo encuentro con Cristo y prácticamente se ha convertido en un icono para la orden.
Finalmente, el escudo o emblema de la orden se simboliza con los brazos de Cristo y de San Francisco cruzados con la “tau” o la cruz de fondo o bien con las cinco heridas o racimos de uva que representan las llagas del Señor. También con la cruz de Jerusalén. 
